Mujer, empresaria, madre, emprendedora, trabajadora… ¿qué ha sido lo más fácil y lo más difícil hasta llegar aquí?
Lo cierto es que tener el apoyo de mi familia para llevar a cabo mis locuras ha sido lo más fácil. Sin ellos no hubiese sido posible hacer nada. De hecho, no somos una academia al uso, siempre estamos organizando cosas y mi familia está siempre al pie del cañón, apoyándome. Lo difícil queda reducido al propio camino. Dejar tu vida al lado, tu tiempo en familia, con amigos, en pareja… Porque la prioridad ahora mismo es el negocio.
Un día decides montar una academia de inglés y, ¿qué tipo de apoyos encuentras a tu alrededor?
A nivel estatal ninguno, pero a nivel personal todos los posibles. Mi familia me ha dado un apoyo económico y moral sin precedentes.
¿Cuál fue el motivo que te lanzó a montar tu propio negocio?
Mi padre siempre ha tenido negocio propio, por lo que, como se suele decir, lo llevo en la sangre. Soy educadora de nacimiento y cuando vine de Dublín de estudiar inglés me di cuenta de lo que era aprender un idioma, así que quería que mi propia experiencia se trasladara a la gente de mi alrededor. El objetivo siempre ha sido desterrar el miedo que existe en la sociedad a aprender inglés para recorrer el mundo sin barreras de ningún tipo.
¿Por qué es importante saber inglés?
Hoy si no tienes un mínimo de inglés te estás cerrando puertas a nivel curricular. Todo el mundo está ya interconectado y el medio para comunicar no es otro que a través de un lenguaje universal.
Además de saber idiomas y conocimiento didácticos, los profesores os enfrentáis a una barrera tecnológica importante. ¿Cómo has conseguido traspasarla e incorporar estos elementos al aula?
Desde el principio de esta aventura hace ya siete años contamos con proyector, pizarra y portátil en todas las clases. Intentamos enfocar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y hacerlas cercanas a los niños. Puedo decir que en cada una de nuestras aulas usamos los recursos digitales, porque es útil tanto para el alumno como para el profesor. Está claro que no podemos aislar a los niños de la tecnología, y la educación tiene que ir a la par de la sociedad.
Trabajáis con el público más complejo que existe: los niños. ¿Qué habilidad debe tener todo aquel que forme parte del equipo Happiness?
Es un tema que me atormenta muchísimo. En el mes de abril ya estoy buscando profesores para el próximo curso porque es un asunto de vital importancia. Las metodologías convencionales no van con la filosofía de Happiness, por lo que deshecho esa idea desde del primer momento. La persona que forme para del equipo tiene que tener claro que la relación con las personas es vocacional, que viene a disfrutar trabajando. Si no es así, este no es su sitio. Los ‘teachers’ tienen que pensar en el beneficio de lo que tienen delante antes que en ellos mismos.
El foco está puesto actualmente en las metodologías innovadoras que persiguen un método de enseñanza dinámica y motivadora. ¿Cómo trasladar esto al aula de inglés?
Nosotros apostamos por clases de una hora, en las que se aprenda por medio de juegos, música… En infantil, por ejemplo, no hay sillas, nos servimos de otro tipo de soportes, como el suelo. Al final, nuestras aulas son pura tecnología, hasta a la hora de hacer los exámenes. Algo que está claro es que los alumnos ya pasan ocho horas sentados en el colegio, por lo que no pretendemos otra cosa que no sea aprender a través del disfrute.
Sabemos que existe una fuerte competitividad en el sector. ¿En qué se diferencia Happiness del resto?
La competencia es necesaria porque te hace crear, inventar, te hace querer ser grande. La gente de Happiness busca algo diferente, y aquí tratamos con personas, no con números. Nos caracterizamos por el trato cercano con el alumnado, y esa es nuestra filosofía de negocio.
Defendéis que “happiness is not a destination, it is a way of life”, pero, ¿qué hay de cierto en esta frase cuando eres mujer, autónoma, madre y mil cosas más? ¿Echas de menos la tranquilidad de ganarte la vida de otra forma que no sea a través de tu propia empresa?
No sé si podría ser empleada o funcionaria, por ejemplo. Emprender crea adicción. Hoy estoy nerviosa porque empieza el curso, pero es pura adrenalina. Mi primer título es el de mamá siempre, luego mujer y, por último, empresaria. Ser mamá y empresaria es muy difícil, pero si te apasiona no es tan complicado como parece.
Para vosotros es muy importante que el centro esté perfectamente iluminado. ¿Lleváis a cabo medidas de eficiencia energética?
Por supuesto. Todas las luces son LED, de bajo consumo. Los aparatos eléctricos, como la impresora, son de encendido inteligente. Tenemos muy en cuenta el cuidado del medio ambiente y se lo trasladamos a los alumnos. Este año, por ejemplo, tenemos un proyecto medioambiental, en el que se ha planteado hacer un huerto ecológico y usar todo el material de papel y cartón reciclado. Hasta los vasos van a poder reutilizarse. El objetivo no es otro que salvar el mundo al nivel que podamos.
¿Cuál es vuestro reto más inmediato?
No me pongo retos a largo plazo. El único, hoy por hoy, es que Happiness siga creciendo. A nivel personal, mi reto es seguir disfrutando de las pequeñas cosas de la vida.